sábado, mayo 06, 2006

ESQUEMA N 13

ESQUEMA Nº 13

TEORIA DE LOS OPUESTOS

EMOCION
AMOR
CLIMA
BONDAD
PASION-PLAN
BIEN

EMOCION
ODIO
CLIMA
MALDAD
PASION-PLAN
MAL

La trilogía, amor, bondad, bien, no la supera ni el Capitán Trueno. Es tanta la sangre que la gente se ha dejado detrás de un intangible como es el amor, que simplemente el intentar describir o enumerar los millones de argumentos con el que cursa este tema, haría inagotable mi función.

Miles, millones de canciones insertan esta palabra mágica para la especie, en todos los idiomas del mundo, miles, millones de argumentos, plantean en inagotables secuencias lo mismo, en un intento irreprochable para que funcione lo que  no funciona.

Un autor que admiro y que tuvo el buen gusto de no escribir nada (lo escribieron por él) ¡se necesita jodida habilidad para lograrlo! Afirma, que tal como somos no podemos querernos, que tal como somos, no podemos querernos y mucho menos amarnos.

Yo pienso que la fuerza del amor, no está en la sensación sino en el análisis que se hace del clima bondad y de la pasión bien, me pienso yo que como no podemos tolerar que las cosas se hagan mal, por los sentimientos de culpa inherentes al hecho de ser torpe, hacemos de esta pasión, nuestra principal pelea en la vida, de aquí a traducir la emoción amor como valiosa, solo media el paso de quererse así mismo, en función de lo perfecto que es uno.

La omnipotencia con la que nos manejamos es de tal magnitud, que somos amorosos porque somos perfectos y explicamos nuestra perfección en función del amor. Menuda trampa, menudo lío este del amor y menuda pesadez tener que escribir de lo que todo el mundo sabe un huevo y la yema del otro.

Odio, maldad, mal es otra trilogía perfecta en este infierno del Dante que camina de la mano de todos los malditos que en el mundo han sido.

Da tanta risa ver como se decide de la bondad y de la maldad de algo, cuando no sabemos donde acaba ni donde empieza ninguna de las payasadas que ejecutamos en este mundo, que cuando me paro a pensar en voz alta y me veo haciendo el bien, dándole un dinero a alguien que lo necesita, por ejemplo, que a su vez compra comida en malas condiciones y se muere, es que me troncho de risa  de solo pensarlo, ¡joder, mejor que no hubiera comido!
Así mismo me veo despachando de la empresa que presido a un tío que tiene diez hijos y que me cae mal, veo a todos pasando hambre y al día siguiente una explosión arrasa la fábrica y todos muertos, (menos el que me caía mal).¡Joder, que faena le he hecho!

Somos tan limitados en la secuencia y en el encadenamiento de lo que hacemos, que concluimos siempre que el malo es el otro o que se lo merecía, porque llana y simplemente, el otro camino, el de aceptar que nuestras acciones no sabemos a donde nos llevan, es demasiado para el cuerpo, hasta para el cuerpo del que esto escribe.
Con que jodída complacencia juzgamos lo humano y lo divino, con que jodída omnipotencia acabamos concluyendo que somos justos, buenos y bondadosos, cuando no podemos salir de la payasada permanente y de la tragedia griega, vestida de seda aunque la mona es, mona se queda.



ESQUEMA Nº 14

AMOR
ELEVADOR

BONDAD
AHHESOR

BIEN
SELECTOR

PARTES
MOTRIZ
EMOCIONAL
INTELECTUAL
CENTRO EMOCIONAL

Amor, bondad, bien, ¡que bonito suena! Si no fuera porque estamos de lleno dentro de esta gestión impresentable. A lo mejor conviene repetir que en la especie el amor individual es la opturación de varios sentidos ala vez, más de uno, porque si solo es uno simplemente se quiere.
Desde este plano del comprender resulta que lo que veo me gusta y también lo que oigo, entonces ya no tengo ni ojos ni oídos, simplemente solo veo lo que me gusta.
Lo que resulta sorprendente aun dentro de lo que presupone semejante mecanicidad, es que la tribu aplauda estas situaciones de minusvalía, que las proteja y que las ensalce. No se podría comprender sino fuera por el opuesto, el odio, el amor solo se puede justificar por el volumen de odio que manejamos y es esto, lo que lo hace válido socialmente.
Es la forma que hemos encontrado de tapar lo que es, de no dejar que se manifieste la depredación absoluta con la que todos nos manejamos, y la posibilidad de acabar a tiros con cualquiera de la especie.

Si amas esta claro que no puedes hacer nada de esto, así si eres amado eres odiado en cada momento de tu existencia y tranquilo, que el que tienes enfrente no tiene prisa, acabará contigo poquito a poco, como le gusta a esta cultura hacer las cosas, poquito a poco para que no haya culpables, ni situaciones de urgencia.

Hay también en esto del amor, una manera brusca de terminar, que es el desamor, donde uno era amado, ahora pasa a ser odiado. Siempre me sorprenderá a mí lo rápido con que este vínculo puede ser cambiado, ellas y ellos pasan de una a otra situación con la misma facilidad que mean, a mi no deja de sorprenderme, pero es el desamor la mecánica básica del despertar en estas culturas, toda una ceremonia que ellos y ellas tienen como forma de despertar al que está dormido, si quieres entenderlo bien y si no, pues nada, sigue enamorado y a esperar mejores situaciones.

Cuando una pareja decide que se ama, empieza un ritual de explicitación externa del hecho, ella, normalmente no aguanta a nadie que te caiga bien y el, no puede estar con nadie que conozca ella, así explicitando esta confusión se quedan solos y empieza el proceso real de pareja, que consiste en ver quien es más hábil para en el menor tiempo posible acabar con el otro, haciendo por las dos partes todo lo que jode y hace sufrir a la otra.
Es una comedia de lo más realista, en la que se aprovecha como recurso todo, es la guerra y se dispara en cualquier dirección. Casi siempre ganan ellas, que más dotadas para la agresividad y con un manejo despiadado, y sin sentimientos de culpa, están mejor preparadas para agredir en continuidad, ellos  agreden fuerte, muy fuerte, pero de vez en cuando, y claro, dejan que las heridas se cierren, ellas tienen mejor técnica de demolición, lo hacen poquito a poco, desde los cimientos hasta la cabeza, y cuando estás en el suelo, te pisan y aplican el descabello en forma de castración permanente.
Yo las quiero a ellas, a todas ellas, porque simbolizan como nada el odio ancestral a todo  lo que les rodea, las quiero, porque desde la óptica adorable en la que miro a la especie, ellas sobre todo, te cortan a rodajas como si fuera un salchichón y cuanto más te quejas más te dicen que no tienes cojones para nada.

El programa es de obediencia y explotación por parte de ellas, el programa es  de estupidez y minusvalía por parte de ellos, y claro, partiendo de estos valores eternos de la especie, se consiguen unos deliciosos  procesos de destrucción que no los supera ninguna imaginacion humana ni divina.
La mejor manera que conozco de acabar con alguien, es casarlo, y si con esto no escarmienta ni aprende, hacerlo funcionario del estado, con estas dos salvajadas a cuestas tiene uno garantizado el sufrimiento permanente para tres vidas por lo menos.